Seminario en Cambio Climático reunió a expertos nacionales e internacionales en UFRO

De acuerdo a los expertos, la sequía y salinidad son los principales estresores de las plantas, impidiendo un buen desempeño e incluso imposibilitándolo.

El proyecto denominado “Interacción biotecnológica-ambiente-agricultura para la mitigación del cabio climático: hacia una sustentabilidad productiva y resiliencia de los recursos naturales”, tiene como foco el uso de microorganismos que presenten características beneficiosas para incrementar el crecimiento vegetal, utilizándolos en cultivos clave, sobre todo por sus niveles de consumo, impronta local y posibilidad de ser cultivados bajo las nuevas condiciones climáticas de nuestra zona.

Es una iniciativa científica ligada al proyecto InES 19 en la línea temática Cambio Climático, el cual reunió a expertos nacionales e internacionales, todos vinculados a temáticas relacionadas a la interacción, biotecnología, ambiente y agricultura para la mitigación del cambio climático.

La actividad contó con las presentaciones del Dr. Ricardo Aroca, investigador de la Estación Experimental de Zaidín de España, la Dra. Mónica Antilén de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Dra. Paula Pimentel del Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura, el Dr. Humberto Aponte de la Universidad de O´Higgins y el director del proyecto, Dr. Pablo Cornejo.

 “A nivel mundial existen alrededor de 12 órdenes de suelo. En Chile tenemos caracterizados 11 órdenes y es importante estudiarlos, porque nos permite saber el potencial impacto que podrían tener en procesos, ciclos del fósforo, cómo influye la materia orgánica, cómo cambia el comportamiento, por ejemplo, con el PH son variables maestras muy simples de medir, pero que tienen un impacto a la hora de los manejos. Estudiar la parte química es crucial para poder determinar cómo podrían influenciar la futura aplicación de los procesos agronómicos agrícolas que se desarrollan”., explica la Dra. Mónica Antilén por la diversidad de suelos existentes.

Sobre los suelos de La Araucanía, comentó que el nivel de fertilidad de los suelos de La Araucanía, nos convierten en una zona privilegiada. “Son muy fértiles, tienen un contenido de materia orgánica enorme, por eso tenemos que estudiar cómo se comportan estos potenciales contaminantes para que, en un futuro, tengamos una normativa, una legislación que nos permita prevenir, controlar y remediar los problemas de contaminación que podamos tener”.

Desde la fisiología del estrés, la Dra. Paula Pimentel comenta que “es necesario saber cómo responden las plantas a distintos estreses abióticos, principalmente falta de agua, suelos pesados y ahora estamos analizando estreses combinados con algunos microorganismos patógenos que afectan frutales.

Sobre el estado actual nacional, la Dra. Pimentel lo cataloga como complicado, debido a la crisis hídrica. “Viéndolo desde el punto de vista productivo, es complejo, porque tenemos que tratar de mantener la producción o aumentarla y eso sin agua es difícil. Hay ciertos cultivos que lo pueden realzar y otros no. Desde el punto de vista de la planta, estamos buscando a aquellas que se adapten a estas condiciones y que sólo van empeorando. Los programas de mejoramiento genético deben tener esta premisa como foco principal y ahí es donde estamos trabajando. Tenemos un programa de mejoramiento genético para porta injertos para frutales de carozo, para cucurbitáceas (sandías) que tienen como foco tratar de encontrar porta injertos que permitan a la planta poder desarrollarse, producir, pero siendo más eficientes con el uso del agua”, indicó.

Proyecto

A pocos meses de dar por finalizado el plazo oficial del proyecto, su director, Dr. Pablo Cornejo destaca “el nivel de productividad asociado a este InES19 comentando que “llegaremos a noviembre de este año con 10 o 12 publicaciones y algunos más que quedarán en calidad de enviados. Estas cifras, para un proyecto como este es altamente productivo. Estamos muy orgullosos de todos los resultados, queda instalado un capital humano avanzado que seguirá aportando y trabajando en una de las líneas que, si bien existían en la Universidad, hoy cuentan con una institucionalidad disponible para continuar avanzando científicamente en soluciones de adaptabilidad al cambio climático.

Importante también es destacar la necesidad de consolidar las cooperaciones para que otros estudios, investigaciones y colaboraciones con estudiantes y profesores puedan continuar más allá de este proyecto.

Comenta el Dr. Cornejo que precisamente gracias a las colaboraciones, se amplió el rango de estudio, pudiendo incorporar al estudio de microorganismos (que es la parte más importante), organismos antárticos y del Desierto de Atacama. Por otra parte, una de las colaboraciones más relevantes es formar parte del equipo de investigadores del Centro de Estudio Avanzado en Fruticultura, y junto a uno de los doctorantes de nuestro grupo estamos participando como investigadores de una línea de microorganismos, justamente para promover el uso de patrones de especies nativas en la producción hortícola bajo condiciones de estrés, sequía y salinidad que son los grandes problemas que tiene la agricultura.

La característica que más destaca de este tipo de proyectos es que son transferibles. “La UFRO gracias a este proyecto cuenta con equipamiento, capital humano, resultados, bancos de recursos que pueden favorecer la agricultura y el medioambiente de la zona, todos conocimientos transferibles que ahora mismo pueden aportar a la zona central y norte, que es donde más se registra la crisis hídrica”, finalizó.

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